La obra y vida de Federico García Lorca aparecen inexorablemente unidas a los territorios que dieron forma a su sensibilidad, y como consecuencia muchos de los personajes de su teatro, e infinidad de imágenes de sus poemas, serían incomprensibles si no se sitúan dentro de estos paisajes. Y, a su vez, quien se acerque hasta estos espacios, reconocerá en ellos, muchas de las emociones sentidas tras la lectura de sus obras.
Yo me sorprendo mucho cuando creen que esas cosas que hay en mis obras son atrevimientos míos, audacias de poeta. No. Son detalles auténticos, que a mucha gente le parecen raros porque es raro también acercarse a la vida con esta actitud tan simple y tan poco practicada: ver y oir. […] (